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44 ―Sí, Jonatán —dijo Saúl—, deberás morir. Que Dios me mate si no eres ejecutado por esto.

45 Pero los soldados se opusieron:

―¿Jonatán, que salvó hoy a Israel, morirá? ¡De ninguna manera! Juramos por el Señor que ni un cabello de su cabeza será tocado, porque él ha obrado al lado de Dios hoy día.

Así el pueblo salvó a Jonatán de la muerte.

46 Luego Saúl no fue en persecución de los filisteos y estos regresaron a su tierra.

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